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Pay driver: en la Fórmula 1, dícese del piloto que logra su puesto en un equipo gracias a los patrocinadores que le apoyan o que han sido aportados por él mismo. Este es el mecanismo habitual en el mundo de las carreras, salvo excepciones de escuderías punteras que cuentan con una potente capacidad comercial. Sin embargo, en la Fórmula 1, el pay driver a veces adquiere connotaciones negativas cuando el dinero supera al talento. Esta figura, frecuente en la década de los ochenta y noventa, vuelve a ser determinante a partir de 2010 por la crisis económica, la marcha de los fabricantes y la llegada de nuevos equipos. Aunque todavía está por comprobar si el nivel de los pilotos degenera por culpa de las urgencias económicas, porque en el pasado se llegó hasta extremos realmente llamativos. En el Gran Premio de Estados Unidos de 1981, la primera carrera de la temporada, un elevado porcentaje de los participantes eran pay drivers en equipos como Theodore, Osella, Arrows, March, ATS o Ensign. Si la escuadra no contaba con patrocinadores, el patrón tenia que correr con los gastos, a no ser que llegara alguien con dinero. En aquella carrera, el propietario de Ensign, Morris Nunn, contó con el suizo Marc Surer, quien tenía talento, pero no dólares. Para la segunda cita, el Gran Premio de Brasil, apareció un piloto colombiano con dólares, pero cuyo talento se ignoraba. Se llamaba Ricardo Londoño. Contaba con una mínima experiencia en algunas carreras de Estados Unidos y Gran Bretaña, por lo que el colombiano no contaba con la superlicencia. Al ser la primera vez que la Fórmula 1 visitaba Jacarepaguá, la FIA concedió una sesión extra de entrenamientos a todos los pilotos para conocer el trazado. Ricardo Londoño iba a participar en ella como examen de su capacidad. En caso de recibir el 'aprobado', obtendría la superlicencia y podría correr en el Gran Premio de Brasil. En el lateral de su monoplaza solo aparecía un enigmático patrocinador: “Colombia”. A Bernie Ecclestone se le pusieron los pelos de punta cuando se enteró de la jugada. Se olía la tostada. Mientras la sesión estaba en marcha, Bernie se informó con más detalle, debió preguntar a Nunn, y por sus indicaciones, poco le costó deducir que los dólares de Londoño debían proceder de un conocido 'grupo empresarial' con sede en Medellín y con un tal Escobar ocupando una posición destacada como miembro de su 'consejo de administración'… Pero en la pista, sorprendentemente, Londoño 'se pasaba por la piedra' a pilotos como Piquet, Jabouille, Giacomelli, Guerra y otros regulares del campeonato. Porque no era malo. Quizás 'picado' con el novato, quizás inducido por alguien desde el muro de boxes, Keke Rosberg (padre del actual piloto de Mercedes) propinó al colombiano un brake test, es decir, un frenazo deliberado de intimidación que provocó un incidente entre ambos. La ocasión le vino de perlas a Ecclestone y los comisarios negaron a Londoño la superlicencia alegando su falta de preparación para correr. Y allí acabó su experiencia en la Fórmula 1. Como podemos ver en la siguiente foto, al final fue Surer el que subió al monoplaza de Londoño (con su publicidad de Colombia) para abandonar en la vuelta 70 mientras marchaba en 7ª posición.El propio Morris Nunn relataba posteriormente detalles del viaje realizado a Colombia para captar patrocinadores locales y conocer a Londoño y su familia antes del Gran Premio de Brasil. Si a Ecclestone le contó la misma historia, no era de extrañar que el británico pusiera el grito en el cielo. Porque Nunn, que pensaba negociar con empresas del estilo de Café de Colombia o similares, se encontró invitado a una casa que contaba con aeropuerto privado dentro de sus instalaciones. Y conoció a otros personajes con mansiones igualmente espectaculares, entre cuyos moradores abundaban fornidos jóvenes convenientemente armados para su rutina diaria… Morris Nunn, que emigró a Estados Unidos tras acabar esquilmado económicamente por la Fórmula 1, confesaría años después que, viendo un reportaje televisivo sobre los criminales más perseguidos por el gobierno americano, reconoció en las imágenes a algunos de los propietarios de aquellas mansiones... Tras algunas carreras en Fórmula 2, Londoño volvió a Colombia, y no se supo nada más de él. Al menos, hasta el pasado 18 de julio. Aquel día, mientras disfrutaba de una comida en un restaurante de la Isla de los Milagros, aparecieron seis individuos que no ahorraron munición con él. Recibió doce balazos, tres de ellos en la cabeza. Dos de sus guardaespaldas también fueron asesinados. La policía local atribuyó tan minucioso trabajo a un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de cocaína y el blanqueo de dinero. 'Cuchilla' Ricardo Londoño había caído, según la policía local, por orden de 'Don Mario', uno de los más importantes capos colombianos del negocio. Por lo visto, tras la Fórmula 1, Ricardo Londoño había seguido viviendo peligrosamente. Tanto o más que en las carreras... Enlace | www.elconfidencial.com Participa | Aporta tú opinión
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