Los inicios de la aviación
Los hermanos Wright pensaban que con su invento las guerras se acabarían, porque se podría sobrevolar el campo de batalla y conocer al enemigo, por lo que luchar sería una tontería. Qué equivocados estaban. El 2 de agosto de 1909 el ejército norteamericano compró el aparato de los hermanos, convirtiéndose en el primer avión militar en servicio. Empezaba así una nueva época en la forma de hacer la guerra.
La ametralladora
En los primeros tiempos de la Gran Guerra, los aviones era como habían sido los caballos. El piloto iba en él tan tranquilo hasta que se encontraba a un enemigo. Entonces, el piloto se quitaba el fusil de la espalda y pegaba tiros al rival... Huelga decir que era un método cuanto menos ineficaz...
Obviamente, había que instalar una ametralladora fija en el avión, que permitiese disparar al frente del aparato y que no fuese muy difícil de operar durante los virajes del combate. El problema: la hélice...
Algunos aviones, como una de las versiones del Bristol Scout, motaban la ametralladora dirigida hacia un lateral, pero era difícil mantener un combate, porque había que tener al enemigo en un lado.
Otros aviones, como por ejemplo las primeras versiones del Nieuport 17, montaban una ametralladora en el plano superior. Por supuesto, éste sistema también era muy precario. En mitad del combate, el piloto tenía que levantarse y accionar el gatillo de la ametralladora... Aparte de que al estar de pie era más vulnerable, el control del aparato durante el combate se veía muy mermado (pues imaginad para recargar o para desencasquillar la ametralladora...)
Otro de los apaños que hicieron los ingenieros aeronáuticos aliados fue diseñar aviones de hélice impulsora (es decir, hélice por detrás del avión). El más famoso de estos aparatos fue el deHavilland DH-2. El avión constaba de una góndola de madera en la cual iba el piloto, lo que se podría llamar "el morro del fuselaje". En la parte trasera de la góndola, se montaba el motor y la hélice impulsora. El resto del fuselaje lo conformaban unos largeros que salían desde las alas, y que se juntaban en la cola del avión. Al tener la hélice en la parte trasera, el piloto tenía plena visión y podía manejar la ametralladora, que era móvil, en un rango amplísimo. Lo malo era que el piloto estaba demasiado expuesto, aparte de que la maniobrabilidad se veía afectada, no porque no se pudiese llevar a cabo, sino porque, en caso de hacerlo, los esfuerzos que aguantaban los largueros podían producir su rotura, partiendo el "fuselaje" por la mitad.Entonces entra en juego Roland Garros. Aunque todo el mundo piensa en tenis al oir su nombre, fue un pionero de la aviación francesa. La primera guerra mundial lo convirtió en piloto militar, donde obtuvo 5 bajas.
Pues el caso es que Garros inventó un sistema para poder disparar através de la hélice sin partirla: acopló unas placas metálicas en la parte posterior de la hélice, con lo que si alguna bala impactaba en la hélice, ésta no se partía. ¿cuál era el problema? Algún piloto se mató porque le rebotaron las balas a la cabeza...
Pero su sistema se usó, y la verdad es que supuso gran superioridad.Un día, fue derribado por los alemanes, y no pudo destruir su avión tras el aterrizaje de emergencia. A Garros le hicieron prisionero, y los alemanes estudiaron el sistema de disparo de "la placa metálica".
Anthony Fokker, un ingeniero holandés que trabajaba para los alemanes, fue el que estudió más a fondo, e inventó un sistema en el que la ametralladora sólo se disparaba cuando la hélice pasaba por cierto punto y accionaba un engranaje, de tal forma que la ametralladora y la hélice estaban sincronizadas. Por supuesto, éste sistema dio una gran superioridad a alemania, hasta que los aliados capturaron un Fokker E.III que montaba este dispositivo y lo copiaron.
Dardos aéreos
Dejando de lado las ametralladoras, durante la Gran Guerra se usaron también otras armas aéreas. Una de las más desconocidas fueron los Dardos Aéreos.
Durante la Guerra, los aviones muchas veces tenían el encargo de acabar con la caballería o las tropas enemigas. Los franceses idearon unos dardos metálicos, del tamaño de un lápiz, que al caer desde unos 1500 metros podían atravesar un cuerpo entero. Los aviones destinados a acabar con la caballería y las tropas, llevaban en la cabina varias cajas con 500 dardos cada una, y cuando sobrevolaban a las tropas enemigas, simplemente volcaban la caja, dejando caer los dardos.
Por supuesto, las armas secretas dejan de serlo en cuanto se usan: los alemanes empezaron a usar dardos también, pero antes grabaron en ellos una frase: "inventado en Francia".
Los bombarderos. El dirigible
Con las bombas pasaba lo mismo que los dardos. El piloto llevaba bombas en la cabina que luego soltaba con la mano sobre el objetivo.
Por supuesto, el bombardero de la 1ª Guerra Mundial no era muy efectivo. Los ingenieros estudiaban cómo hacer auténticos bombarderos que fuesen capaz de hacer mucho daño. Un bombardero alemán Gotha llevaba hasta 600 kg de bombas, que por supuesto no es mucho. Volaba muy despacio, pero tenía autonomía para cruzar el canal de la mancha y bombardear Inglaterra. Por supuesto, hacía más daño al sentimiento de seguridad de los ingleses que a sus fábricas y ciudades.
Los Grandes Bombarderos eran los "Handley page" británicos, los "Gotha" alemanes y los "Caproni" italianos, los tres realmente grandes.
Pero sin duda alguna, los grandes bombardeos, los que causaron más horror, y los más recordados, son los de los dirigibles.
La posibilidad de utilizar dirigibles como bombarderos se había pensado en Europa desde mucho antes que ello fuera posible. H. G. Wells describe la destrucción de flotas y ciudades enteras por ataques de dirigibles en "La guerra del aire" (1908), y textos de otros escritores británicos no tan famosos sostenían que el dirigible alteraría para siempre el escenario de los conflictos mundiales.
El 5 de marzo de 1912 las fuerzas italianas fueron las primeras en usar dirigibles de uso militar para el reconocimiento al oeste de Trípoli tras las líneas turcas. Sin embargo, los dirigibles debutaron como arma en la Primera Guerra Mundial.
El conde Zeppelin y otros militares alemanes creyeron haber obtenido el arma ideal para contrarrestar la superioridad naval británica, y poder atacar en suelo inglés. Otros máss realistas pensaron que el Zeppelin era un elemento valioso para exploración y ataque naval. Las incursiones se iniciaron a fines de 1914, tuvieron su cenit en 1915, y fueron más esporádicas después de 1917.
Pero el daño que causaban los zeppelines era muy poco, y además era muy difícil llevar a cabo las misiones de bombardeo. Además, eran tremendamente vulnerables contra los cazas enemigos. Pero sin duda alguna, causaron el horror de la población de Londres.
Después de la guerra el dirigible se siguió usando como medio de transporte de lujo, hasta que ocurrió el desastre del Hindenburg, conocido como "el Titanic de los cielos"
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